El problema es la tristeza: aquí no se habla de absolutamente nada exterior al martirio de la cola, no se habla de deportes, no se hacen chistes, no se lee. Son capsulas de cloroformo, centros de hipnosis, galerías de la nada. No es lo que se ve desde lejos, no son las fotos que han rodeado al mundo exterior, por que el problema de las colas no es lo que se ve desde una óptica exterior, es lo que pasa adentro, el letargo de las personas que las hacen, el impacto en la vida con escasez en la capacidad de concentrarse y ser útil en una sociedad.
Un recorrido por las colas de cada día de la semana en supermercados de Caracas demuestra que la situación se agrava cuando se convierte en un potenciador del estigma de la pobreza. Los que menos tienen son los que mas dependen de este modelo imperfecto que acentúa las desigualdades: hay días menos abastecidos que otros, productos que como pueden llegar, así de fácil se escazean, no en todos los establecimientos se rigen por las mismas reglas, nada garantiza que lleguen los productos, de los cuales se manejan una fabrica de rumores en la misma cola, y tampoco garantiza de que alcancen para todos, y algunos encuentran vías para burlar las normas.
"La gente antes hablaba en las colas, ahora son filas silenciosas. se cansaron de hablar. Les molesta repetirse a si mismos. Hay escasez de productos y hay exceso de miedo. Cuando combinas las dos tienes la formula perfecta para hacer lo que te de la gana. Los venezolanos están anestesiados por las represalias, por las amenazas. Es un sometimiento completo en una Venezuela soviética", dice el psiquiatra Harry Czechowicz
La escasez tiene su psicología y su interpretación en las maneras de sentir en el pueblo. Eldar Shafir, profesor de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, asegura en sus estudios academicos, que la escasez es una trampa "que lo empeora todo y nos vuelve mas pobres porque la capacidad para atender asuntos esta seriamente comprometida y tomamos decisiones que nos harán menos productivos en el futuro"
Un hecho, en apariencia trivial, desmejora el derecho al acceso a la alimentación: ese minuto en el que cada quien recibió, cuando niño, su numero de cédula. El gobierno estableció un sistema según el cual las personas pueden adquirir 24 productos regulados de acuerdo con el ultimo numero de documento de identidad, con la finalidad de que la mercancía alcance para todos. Sin Embargo, la falta de un diseño de distribución masiva de alimentos en época de desabastecimiento ha hecho que algunos días sean peores que otros para hacer las compras.
"Hay un problema con los lunes: los que quedaron ahí salieron desmejorados porque el suministro del fin de semana es menor y menos continuo. La distribución el sábado y el domingo es complicada. El Gobierno no sabe como hacer con el lunes", Dice Tomas Socias, Economista especializado en abastecimiento.
El socialismo del Siglo XXI se ha igualado a todos en la misma fila bajo el sol, así como a los productos que llegan cada día a zonas particulares. "La Distribución es homogénea por que el ejecutivo se ha quejado de que algunas cosas llegan a unos lugares pero a otros no", Explica Socias.
Sin lugar a dudas, con estos hechos y circunstancias, las colas en Venezuela se han convertido en fabricas de adormecimiento para el cerebro del venezolano, en orden de evitar que se "piense", en otra cosa que no sea mas que la preocupación de la escasez de los productos regulados, llegando al punto de estresar de manera extrema a las personas participes de dicha cola.
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