lunes, 11 de mayo de 2015












El enfoque diverso como arma es fundamental en cualquier gobierno, el gran precursor político Jhon Locke, explica que para conocer el origen de estado desde su concepción teórica se desprende el pensar natural que sostiene cualquier ser humano desde todas las ópticas posibles, la primera idea que enfrenta a Locke con sus antagonistas partidarios de la doctrina de la sujeción natural del hombre , afirma que, por el contrario, ellos son libres por naturaleza. Y a efectos de explicar esta condición esencial del ser humano, escenifica su existencia originaria en un "estado de naturaleza". La concepción del estado de naturaleza ha sido un tema extraordinariamente debatido. No entraremos en el detalle de esa controversia acerca de la realidad histórica o puramente abstracta y teórica del estado de naturaleza. 


Participo plenamente de la tesis de Richard Ashcraft, quien sostiene que el concepto de estado de naturaleza es una "ficción moral", cuya finalidad es dar cuenta de la estructura fundamental del hombre como ser moralmente libre. Y que sólo secundaria e instrumentalmente, como corresponde a un teórico político, Locke apela a datos históricos que confirmarían la existencia de un estado de naturaleza en estadios pre políticos, primitivos o primigenios, de sociedades que posteriormente se organizaron políticamente.


La libertad de los individuos en estado de naturaleza, o estado moral original del hombre, consiste en que nacen dotados de la facultad de juzgar y decidir por sí mismos acerca de lo que es necesario y suficiente para su conservación y bienestar, sin estar sujetos a la autoridad de ningún otro hombre, salvo la de Dios. Esta capacidad, igualmente repartida entre todos los miembros del género humano, los hace independientes, o sea, dependientes sólo de sí mismos, exentos de toda sujeción o dominación terrenal.
La independencia de los seres humanos para valerse por sí mismos, en todo lo que concierne a su preservación y bienestar, se funda en el poder para extraer de su propia razón las normas para conducir su vida libremente y hacerse cargo del cuidado de sus semejantes. A las normas que el hombre extrae de su propia razón, Locke las llama indistintamente leyes de la naturaleza o de la razón. 

Según Locke, todos los hombres, y este es un sello distintivo de la especie humana, disponen de la guía de la ley de la naturaleza para regular y medir sus actos. No tienen sino que acudir a su propia razón, la cual, en su función práctica, siempre les va indicar la norma conductora de su acción. Esta capacidad de adecuación entre la norma emanada de la razón y el caro humano está tratada por Locke en su obra filosófica y moral. También se trata de un asunto debatido. Y aunque tampoco nos extenderemos en este asunto, porque no es pertinente en este ensayo, me atrevo a sugerir el planteamiento que sigue.


Desde la mirada filosófico-teológica, la ley de la naturaleza puede ser descrita como "un decreto de la voluntad divina, cognoscible por la luz de la razón natural del hombre, que señala aquello que está conforme o disconforme con la naturaleza racional, y que, por lo mismo, se expresa por la formulación de una orden o de una prohibición".


Este argumento hace equivalente la voluntad divina con la ley de la naturaleza, que, no olvidemos, es la ley de la razón. Ahora bien, eso quiere decir que Dios mismo es el autor de la ley de la naturaleza y no la razón. Pero es la razón, nos dice Locke, la que la hace cognoscible y aplicable a los actos humanos.




Frase Política en Desarrollo: La naturaleza del ser humano proviene de su concepción al Razonar en cualquier tipo de situación. 

Politólogo Eduardo Gonzalez 
Twitter: @Educratico 

















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