Graficando una línea de tiempo, se puede apreciar que -como toda economía- Venezuela ha tenido altibajos tanto a lo largo de su historia, como en los últimos 10 años de gobierno Chávez-Maduro; empezando por el 2005 donde en el gobierno de Hugo Chávez el salario mínimo llegó a casi 600$ (uno de los mejores salarios en la historia del país) hasta el 2008; y terminando por la crisis económica que hoy día afronta la población venezolana.
En el 2013, Venezuela comenzó a afrontar una de las crisis económicas más grande en los últimos 50 años (luego del despilfarro de Viernes Negro en el 83 y la devaluación abrupta del Bolívar), donde el país arrastró las consecuencias de la no-inversión y no-producción debido a la dependencia de los dólares obtenidos por la renta petrolera tanto en el sector público como privado (tal y como lo planteó el exministro de planificación Jorge Giordani en su última entrevista publicada en el diario El Nacional), aumentando poco a poco el dólar paralelo hasta así haberse multiplicado siete veces su valor al terminar el año.
En el último año, los problemas a causa de no unificar las tasas cambiarias comenzaron a sentirse de manera radical en la población de clase media y de clase media baja, donde una considerable parte de la población manifestó su descontento durante dos meses.
En este mismo año, el gobierno triplicó las jornadas de subsidio de alimentos, vehículos y hasta tecnología para afrontar así la llamada guerra económica; subsidios que para la población de escasos recursos son carismáticos y hasta humanistas, pero desde un punto de vista económico muchos se preguntan: ¿Por qué un celular Android de última generación como los que subsidia el gobierno, tiene un valor de menos 50 dólares al cambio de la tasa oficial de mayor valor y un valor de 415$ a la tasa oficial de menos valor? La respuesta es sencilla, las instituciones gubernamentales en el ámbito económico no han prestado el apoyo y el control necesario de los dólares subsidiados a la inversión privada y el desarrollo legal de la misma debido a que gran parte del empresariado privado no se ha ganado la confianza del Gobierno, y en este caso, recurren a realizar convenios con empresas internacionales para la fabricación de celulares a tasa de SICAD.
El año 2014, cerró con la inflación más alta del mundo con un porcentaje superior a 65% y con un déficit del sector público restringido (como porcentaje del PIB) de un 19%, traduciéndose así como un déficit dañino para una moneda en devaluación continua.
En el 2015, el país no ha frenado el problema económico, los efectos psicológicos y el mercado paralelo han ido aumentando a medida que el Gobierno ha colocado mayor restricción a una "liberación parcial" del Dólar. Desde un punto de vista estadístico, para muchos interesados en el tema; según las cifras del Banco Central de Venezuela, la tasa de liquidez monetaria aumentó mientras las reservas internacionales han bajado aproximadamente un 20%, lo que puede traducirse como un problema dañino para la moneda en sí además de la dependencia de las divisas adquiridas por la renta petrolera (la cual no se ha visto favorecida con el precio actual), la mala administración en instituciones públicas que intervienen en la inversión social y el despilfarro de divisas otorgadas a instituciones tanto públicas como privadas.
Muchos economistas, entre ellos Teodoro Petkoff (quien suscribió un documento con otros 59 economistas en las redes sociales), afirman la necesidad de nuevas políticas económicas y de organización presupuestaria y fiscal para las inversiones en el país con números sincerados; aunque hay otros que afirman las causas y efectos psicológicos de la población que inciden en la economía en sí y la "crisis fantasma" debido al gran número de activo circulante que hay en el mercado de una población excesivamente consumista que en su mayoría, depende excesivamente de la importación.
Según el documento suscrito por 60 economistas, quienes explican tanto causas y soluciones, destaca una de las causas más importante:
"El endeudamiento público creció en forma acelerada desde 2005, a pesar del alza sostenida del precio del petróleo desde 2003. El Gobierno de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro usó todos los posibles medios de contraer deuda por 10 años. En el caso de las leyes de endeudamiento del Gobierno Central, que es una parte de la masiva acumulación de deuda pública, del saldo de la deuda interna y externa en dólares, estimada en unos US$150.000 millones a finales de 2014, sólo un 25% se destinó a proyectos de inversión; el resto fue usada en restructuración financiera, servicio de deuda y gestión fiscal. Al intentar consolidar las obligaciones financieras en títulos, convenios con China y deuda por nacionalizaciones, del sector público restringido en divisas, estas se estiman en US$147.000 millones. La deuda pública interna en bolívares a tasa de cambio oficial equivale a US$78.638 millones y el financiamiento monetario del Banco Central de Venezuela (BCV) a PDVSA y otros entes públicos llegó en diciembre 2014 al equivalente a US$107.290 millones. La devaluación del bolívar que se anticipa, sin duda diluirá en términos de divisas las obligaciones en bolívares del Gobierno y PDVSA; también lo hará con las obligaciones laborales pendientes y reducirá el poder de compra de sueldos y salarios. Dada la falta de información oficial organizada es difícil consolidar el total de obligaciones en divisas y bolívares, pero estos montos dan idea de montos muy grandes, en particular en el contexto de los disminuidos ingresos por exportación petrolera de 2015."
También destacan la creación de un fondo de gasto público extrapresupuestario para fines definidos por el Presidente de la República, violando así el artículo 320 -que plantea la descentralización parcial de las decisiones del BCV- y el artículo 314 de la Carta Magna.
Aunque la población necesita verdaderas soluciones concretas, existen muchas teorías y opiniones, pero ninguna de éstas es concreta sobre una verdadera causa de la crisis financiera, que es una metástasis para la vida social del país. Día a día, la gran mayoría de los venezolanos viven lo que se resume como una pérdida de valores sociales, que influyen tanto en la vida social, como en la vida económica del país. El problema de Venezuela no es de ahora, sino desde cuando Arturo Uslar Pietri propuso en uno de sus escritos ("Sembrar el petróleo") salir del esquema en donde nos ubicamos encerrados hoy, que es la dependencia del petróleo.
Un país se construye con trabajo y aprendizaje, enseñándole a las nuevas generaciones a que con sudor, vocación y dedicación se construye una sociedad; Venezuela ha vivido muchas tensiones y crisis como para aprender de ellas sin tener que aprender de las experiencias de otras naciones. En un país donde está ausente el aprendizaje junto a una indetenible pérdida de valores sociales, no puede trabajarse para el futuro digno que muchos buscan.
"Una sociedad sin educación es una sociedad vacía... Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción". -Simón Bolívar (1783-1830)
Escrito por Miguel Salazar
@ItsSalazarMJ
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